domingo, 18 de diciembre de 2011

30 aniversario de Metallica

La banda más grande de heavy metal celebra tres décadas de historia con cuatro conciertos en el auditorio The Fillmore, de San Francisco

La banda de heavy metal formada por James Hetfield (cantante y guitarrista, 48 años), Lars Ulrich (batería, 47 años), Kirk Hammett (guitarrista, 49 años) y Robert Trujillo (bajista, 47 años) ha celebrado a lo grande sus 30 años de historia. Metallica actuó durante cuatro noches (5, 7, 9 y 10 de dicembre) en el mítico The Fillmore, de San Francisco. Durante esos días repasaron, a toda velocidad y potencia, sus canciones más legendarias. Y no estuvieron solos: a la celebración se unieron otros grandes del rock, como Ozzy Osbourne, de Black Sabbath; Gary Rossington, de Lynyrd Skynyrd; Rob Halford, de Judas Priest; o Dave Mustaine, de Megadeth. Solo faltó Lou Reed...
Estos son los momentos más memorables del tercer concierto (9 de diciembre) del 30 aniversario de Metallica:
- Metallica, más en forma que nunca.
James Hetfield, cantante y guitarrista de la banda, estaba tan impaciente por empezar el tercer concierto de la gira de aniversario que pegó un gigantesco salto desde detrás de la batería de Lars Ulrich, llegando al escenario antes que el resto de la banda. “¡Vamos Lars, vamos!”, gritó Hetfield. Las prisas del cantante son la prueba de que no existía ningún signo de cansancio después de la ardua prueba de sonido de esa misma tarde, que había durado más de cuatro horas. Ni tampoco había rastro de las ocho horas de ensayo del día anterior, que supuestamente era el día libre del grupo. Da gusto la energía que desprendió Metallica antes de arrancar el concierto.
- Duelo de guitarristas sobre el escenario.
El momento más tranquilo de la noche se vivió, paradójicamente, cuando más guitarras estaban sonando a la vez. Jim Martin, de Faith No More, y Pepper Kenan, de Corrosion of Conformity, se unieron a Hammett y Hetfield a las seis cuerdas para interpretar Tuesday’s gone, de los sureños Lynyrd Skynyrd. Banda, por cierto, de la que su guitarrista, Gary Rossington, también estaba sobre el escenario. Este fue el momento:
- Más metal, esto es la guerra: llega Judas Priest.
El cantante de los Judas, Rob Halford, subió al escenario de negro riguroso, como si fuera el gran sacerdote del metal, y se desgañitó la garganta interpretando junto a Metallica la canción Rapid fire, del disco Judas Priest de 1980, British steel.
- La oscuridad de The Misfits entra en acción.
Glenn Danzig, el que fuera líder de la banda The Misfits, también apareció de negro azabache y con un crucifijo plateado al cuello. Salió sin maquillaje, eso sí, para interpretar con vigor Die, die, my darling y Last caress/Green hell.
- El espíritu de Cliff Burton.
El único miembro de Metallica que faltó en este homenaje fue el bajista Cliff Burton, que falleció atropellado por el propio autobús de la gira del grupo cuando viajaban por Suecia, en 1986. Aunque su memoria y su espíritu hardcore se manifestó en numerosas ocasiones durante toda la celebración. En un momento del concierto, Jim Martin (de Faith no More) le pregunta Hetfield: “¿Alguna vez te llamó estúpido?”. “Casi todos los días”, contestó sonriendo el cantante, como si Burton aún estuviera allí.
- También hubo un Animal
La sorpresa de la noche la protagonizó Animal, del grupo punk británico Anti-Nowhere League: “El cantante punk descargó todo su desprecio con la canción de 1981, So what. Ofensivamente deliciosa. Animal no era el nombre más grande la noche, pero con Hetfield al lado, se convirtió en un dios del metal". 


- Ozzy Osbourne y Geezer Butler no se perdieron la fiesta.
El cantante y el bajista de Black Sabbath fueron los animadores perfectos del concierto. Porque, ¿a quién no le gustaría que en medio de cualquier recital apareciera Ozzy para interpretar Iron man y Paranoid, de Black Sabbath, y con Metallica?
- No faltó ni Dave Mustaine.
El guitarrista que salió por la puerta de atrás en Metallica, y que luego fundó Megadeth, también subió a tocar con sus ex compañeros de banda. Ahora ya son todos amigos otra vez. Interpretaron juntos tres canciones que el propio Mustaine ayudó a componer cuando estaba en la banda: Phantom lord, Jump in the fire y Metal militia:

Hoy cumple 68 años Keith Richards.


Ha pasado varios años de la edad de jubilación, pero aún está dando guerra. Pirata del rock, estés donde estés, un repaso por tus guitarrazos que más felicidad nos han reportado.
Vicioso, pendenciero, socarrón… y también simpático y genial, el guitarrista Keith Richards cumple hoy, 18 de diciembre, 68 años. Un golpe en los morros a todos aquellos que decían que no llegaría a viejo por su afición a vivir al límite. Son muchas preguntas la que se acumulan hoy: ¿Dónde y con quién lo celebrará? ¿Qué regalos le harán? Por lo pronto, recordamos sus cinco riffs más memorables y la historia que hay detrás de ellos.

- (I can't get no) Satisfaction (1965)
A Keith el riff de este clasicazo se le ocurrió mientras dormía, en sueños. Cuenta el propio guitarrista que se despertó y lo grabó en un casete antes de volver a dormirse. “En esa cinta se escuchan dos minutos de Satisfaction y 40 de mis ronquidos”, recuerda Keith. Mick Jagger, que escribió la letra, también tiene algo que decir sobre la canción: “Fue la que realmente hizo que los Rolling Stones pasase de ser sólo una banda a una banda enorme. Tiene un título y un riff muy pegadizo. Y la guitarra de Keith tiene un sonido maravilloso, que era original en ese momento. Además, captura el espíritu de los años sesenta”.
- Jumpin' Jack Flash (1968).
Un riff al que siempre ha rodeado la polémica. Keith dice que es suyo, pero Bill Wyman, bajista original que dejó el grupo en 1993, asegura que no, que lo compuso él, pero como nunca le gustó mucho no lo acreditó. Lo contó Bill en su biografía Stone alone: “Estábamos en el estudio una día, bastante temprano. De hecho, creo que era un ensayo, no una grabación. Ahí estábamos Brian, Charlie y yo. La banda nunca llegaba al mismo tiempo: Mick y Keith todavía no habían aparecido. Yo estaba pasando el rato y me senté en el piano. Comencé a tocar este riff: da-daw, da-da-daw, da-da-daw. Brian entró a tocar la guitarra y Charlie le daba a la batería. Estuvimos tocándolo 20 minutos. Llegaron Mick y Keith y paramos. Ellos dijeron: ‘Hey, eso suena muy bien, continuad, ¿qué es?'. Al siguiente día lo grabamos. Mick escribió una grandiosa letra”.

- Honky tonk women (1969)
El riff fue compuesto por Keith en Brasil (la letra también), durante unas vacaciones. La canción habla de una chica sureña, posiblemente prostituta, que baila en los bares. Keith asegura que Mick Taylor (guitarrista que reeplazó en los Stones a Brian Jones en 1969 y que se marchó en 1976 dejando su puesto a Ron Wood) tuvo mucho que ver en el riff: “La canción fue escrita originalmente como un country”, recuerda el guitarrista: “De vuelta a casa, Mick Taylor le dio un toque diferente. Y así se quedó”.

- Brown sugar (1971)
Este riff de blues clásico y bailable concentra todo el sexo interracial, esclavitud, sadomasoquismo y drogas de las que habla la canción. Brown sugar se creó en una sesión de grabación en los estudios Muscle Shoals (Alabama, Estados Unidos): Mick Jagger garabateó tres versos en un cuaderno y Keith Richards tocó un riff tremendamente sexy. Añádase a esto unas cuantas exclamaciones (“Yeah! Yeah! Woooo!”) y ya tenemos otro cañonazo made in the Stones. Publicada en 1971 en esa obra maestra llamada Sticky fingers.
- Start me up (1981)
Empezó siendo un reggae, pero Keith aceleró el ritmo y lo convirtió en uno de los riffs más reconocibles de los Stones, que no falta en sus directos desde que lo publicaron, en 1981, en el que, para muchos especialistas, es el último gran disco del grupo, Tattoo you. Por cierto: tardaron seis horas en grabarlo. Tampoco es mucho para toda la satisfacción que ha dado.