domingo, 18 de diciembre de 2011

Hoy cumple 68 años Keith Richards.


Ha pasado varios años de la edad de jubilación, pero aún está dando guerra. Pirata del rock, estés donde estés, un repaso por tus guitarrazos que más felicidad nos han reportado.
Vicioso, pendenciero, socarrón… y también simpático y genial, el guitarrista Keith Richards cumple hoy, 18 de diciembre, 68 años. Un golpe en los morros a todos aquellos que decían que no llegaría a viejo por su afición a vivir al límite. Son muchas preguntas la que se acumulan hoy: ¿Dónde y con quién lo celebrará? ¿Qué regalos le harán? Por lo pronto, recordamos sus cinco riffs más memorables y la historia que hay detrás de ellos.

- (I can't get no) Satisfaction (1965)
A Keith el riff de este clasicazo se le ocurrió mientras dormía, en sueños. Cuenta el propio guitarrista que se despertó y lo grabó en un casete antes de volver a dormirse. “En esa cinta se escuchan dos minutos de Satisfaction y 40 de mis ronquidos”, recuerda Keith. Mick Jagger, que escribió la letra, también tiene algo que decir sobre la canción: “Fue la que realmente hizo que los Rolling Stones pasase de ser sólo una banda a una banda enorme. Tiene un título y un riff muy pegadizo. Y la guitarra de Keith tiene un sonido maravilloso, que era original en ese momento. Además, captura el espíritu de los años sesenta”.
- Jumpin' Jack Flash (1968).
Un riff al que siempre ha rodeado la polémica. Keith dice que es suyo, pero Bill Wyman, bajista original que dejó el grupo en 1993, asegura que no, que lo compuso él, pero como nunca le gustó mucho no lo acreditó. Lo contó Bill en su biografía Stone alone: “Estábamos en el estudio una día, bastante temprano. De hecho, creo que era un ensayo, no una grabación. Ahí estábamos Brian, Charlie y yo. La banda nunca llegaba al mismo tiempo: Mick y Keith todavía no habían aparecido. Yo estaba pasando el rato y me senté en el piano. Comencé a tocar este riff: da-daw, da-da-daw, da-da-daw. Brian entró a tocar la guitarra y Charlie le daba a la batería. Estuvimos tocándolo 20 minutos. Llegaron Mick y Keith y paramos. Ellos dijeron: ‘Hey, eso suena muy bien, continuad, ¿qué es?'. Al siguiente día lo grabamos. Mick escribió una grandiosa letra”.

- Honky tonk women (1969)
El riff fue compuesto por Keith en Brasil (la letra también), durante unas vacaciones. La canción habla de una chica sureña, posiblemente prostituta, que baila en los bares. Keith asegura que Mick Taylor (guitarrista que reeplazó en los Stones a Brian Jones en 1969 y que se marchó en 1976 dejando su puesto a Ron Wood) tuvo mucho que ver en el riff: “La canción fue escrita originalmente como un country”, recuerda el guitarrista: “De vuelta a casa, Mick Taylor le dio un toque diferente. Y así se quedó”.

- Brown sugar (1971)
Este riff de blues clásico y bailable concentra todo el sexo interracial, esclavitud, sadomasoquismo y drogas de las que habla la canción. Brown sugar se creó en una sesión de grabación en los estudios Muscle Shoals (Alabama, Estados Unidos): Mick Jagger garabateó tres versos en un cuaderno y Keith Richards tocó un riff tremendamente sexy. Añádase a esto unas cuantas exclamaciones (“Yeah! Yeah! Woooo!”) y ya tenemos otro cañonazo made in the Stones. Publicada en 1971 en esa obra maestra llamada Sticky fingers.
- Start me up (1981)
Empezó siendo un reggae, pero Keith aceleró el ritmo y lo convirtió en uno de los riffs más reconocibles de los Stones, que no falta en sus directos desde que lo publicaron, en 1981, en el que, para muchos especialistas, es el último gran disco del grupo, Tattoo you. Por cierto: tardaron seis horas en grabarlo. Tampoco es mucho para toda la satisfacción que ha dado.